domingo, 3 de octubre de 2010

FORMULAS SAGRADAS Cap.-4




Entre brumas el tipo percibe una estancia limpia y cuidada. La chica tumba al desconocido en una cama, lo desnuda y limpia la herida que tiene en el costado lo mejor que puede. Tiene un aspecto horrible, aunque ha dejado de sangrar. Por un momento piensa que debería llevarlo a un hospital. 
Junto a la cama, en una mesa deja el extraño libro y las demas pertenencias del desconocido. Tras borrar el rastro de sangre y cerrar bien puertas y ventanas, se ducha y se dispone a pasar la noche en el sillón contiguo a la cama del herido pero casi no puede descansar, porque este delira a causa de la fiebre y el dolor murmurando palabras incomprensibles y guturales sonidos. Se diria que pronuncia palabras en distintas lenguas y dialectos. Entre todas ellas, le parece distinguir algunas palabras como "libro", "espiral" y "llave". Finalmente el agotamiento la vence, y comienza a dar cabezadas.
Aunque la mañana no parece llegar nunca por fin un rayo de luz se filtra entre las rendijas de la persiana. Sin posibilidad de volver a conciliar el sueño, comienza a observar detenidamente el cuerpo y el rostro del desconocido, que por fin parece dormir plácidamente. Tiene el pelo castaño y la cara cubierta de barba de varios días. Perece tener unos 30 ó 35 años. Aunque no se puede decir que sea atractivo, su rostro tiene un cierto magnetismo. Sus rasgos resultan un tanto excesivos, su naríz demasiado grande, sus pómulos demasiado prominentes y sus labios tienen demasiados cortes. Está delgado, pero fibroso, y por el resto de su torso sudoroso también se distinguen numerosas y finas cicatrices. Tantas que casi podría decirse que forman un extraño dibujo. Por un momento, el hombre parece entreabrir los ojos y la chica da un pequeño respingo. Pero los ojos vuelven a cerrarse mientras su boca se contrae como si sintiera un súbito e intenso dolor, y unos segundos mas tarde vuelve a relajarse, y parece volver a dormirse.
Entonces centra su atención en el libro. Lo coge entre sus manos y descubre por primera vez que tiene un extraño y disimulado cierre que impide abrirlo. Resulta anormalmente pesado para sus dimensiones. Para sus adentros piensa que sus hojas en vez de papel, parecería que estuvieran hechas de plomo.
De pronto algo se aferra con fuerza a su tobillo y sobresaltada deja escapar un grito, mientras se vuelve hacia el extraño, que la mira con los ojos muy abiertos. Unos ojos de un azul intenso.

-¿Quien eres? - Su voz suena ajada, casi afónica, pero los dedos se clavan en su tobillo con una fuerza inusitada y al intentar apartarse cae sobre el sillón. Está asustada, en estos momentos piensa que tal vez cometió un grave error al llevar a ese desconocido a su refugio, y que puede ser el último error que cometa.
Intenta desprenderse de la garra que la sujeta mientras repite una y otra vez que la suelte, pero en vez de eso, la presión se hace tan intensa que cree que va a fracturarle la pierna, y finalmente se paraliza, mientras el hombre vuelve a preguntar:
-¿Quien eres?
-Yo solo quería ayudarte... no me hagas daño...-responde con un gemido
sin pestañear y sin apenas aflojar la presión, el hombre repite la pregunta.
-¿Quien eres?
-Me llamo Katia. - Durante unos instantes miles de pensamientos recorren el cerebro de Katia, le parece estar oyendo la voz de su madre cuando era pequeña diciendo ¿por qué tienes que ser tan curiosa y tocarlo todo? ¡¡No eres capaz de estar un minuto sin meterte en líos!!, la de su padre, cada vez que le recuerda que es la hija que mas disgustos le ha dado, y por una vez, les da la razón. 
El impulso loco de salvar a un tipo y su fantasía desbordante de románticas aventuras la ha llevado a meter a un extraño en su piso, con la intención de ayudarlo , pero ahora está realmente asustada.

2 comentarios:

  1. Uuuuuffff....!!!
    Que bueno, me gustó, fácil, rápido, con cierta dosis de misterio, y la cercanía tan conocida de las palabras que despues de los años, todavia pululan en nuestros cerebros de adultos-niños.

    Gracias por venir a leerme y así descubrirte.
    Un abrazo Teizis

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  2. Gracias a ti, Merce. Me encanta ver que hay blogs de gente con cosas que decir, sensibilidad y arte, como he visto en el tuyo.
    Un abrazo.

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