viernes, 28 de octubre de 2011

FORMULAS SAGRADAS Cap.-7

Miró a la la calle. Pasó por alto, casí sin mirar, la gente, los edifición, los semaforos, los coches que circulaban... 
Parecía buscar algo en concreto. 
Entonces lo vió. Solo él podría haber detectado su presencia. ¿Como si no, era posible que una persona hubiera reparado en el tenue reflejo, parcial, sucio y deformado, que desde una ventana del edificio de enfrente le devolvía la presencia de un chucho recostado junto a las escaleras que daban acceso al edifico donde nuestro personaje se encontraba.
Ni siquiera pestañeó, ni su rostro reflejó la más mínima emoción, pero un observador minucioso habría advertido como los pelos de su nuca se erizaban y un escalofrío recorría su espalda hasta llegar, electrico y desagradable, a las puntas de sus dedos.
En esos momentos Katía regresaba a la estancia y se frenó en seco al verlo levantado y mirando entre las cortinas de la ventana.
El se giró bruscamente y Katia sintió miedo. Miedo de ese hombre de rostro energico y mirada intensa, que no parecía que hubiera sufrido el ataque de un perro rabioso.
-¡Tenemos que salir pitando!- dijo con voz apresurada y profunda. 
Katia, que se había quedado petrificada reaccionó retrocediendo atemorizada por la energía y la agresividad que percibía en ese hombre que solo unas horas antes parecía estar al brode de la muerte.
Sin que le diera tiempo a reaccionar, en dos zancadas, se había puesto a su lado y la sujetaba con fuerza del brazo mientras le preguntaba:
-¿Tiene este edificio una puerta trasera o alguna salida que no de a esa calle?- inquirió a la cada vez más asustada chica.

domingo, 17 de octubre de 2010

FORMULAS SAGRADAS Cap.-6





A pesar de que el sol parece brillar con especial empeño esta mañana, el frío castiga las orejas y los dedos de los transeuntes. 
Dentro del edificio, el misterioso extraño vuelve en sí con el intenso olor a café que está preparando Katia, que un instante después se acerca mientras sonrie y le tiende una taza de café.
 

-Ey!! tipo-sin-identidad, seguro que esto te devuelve a la vida. ¡Y espero que esta vez no seas tan agresivo, porque se me va a ver la marca de tus dedos en el tobillo durante un mes! ¿Continuamos ahora la conversación con un desayuno?

Entretanto, en la calle, el trafico aumenta. Los coches conforman una serenata de bocinas, motores, frenazos y zumbidos. La gente camina distraidamente camino de sus trabajos o sus compras, niños que van al colegio, un par de ancianos que caminan lentamente y al fondo de la calle, dos perros.
Caminan olfateando con su trote cansino y despreocupado. Nadie les presta atención. Pasan desapercibidos. Están muy flacos y tienen el pelo color canela, sucio y descolorido. Uno de ellos tiene una herida en el hocico, pero con la suciedad y la cabeza gacha, apenas puede apreciarse. Realmente llevan un recorrido sistemático que va barriendo las calles, uno por cada acera. Poco a poco se van acercando a la casa de Katia, y un sordo y leve gruñido empieza a escapar de una de esas gargantas. El otro perro levanta la cabeza alertado y tras mirar a ambos lados para asegurarse de que ningún coche se acerca, cruza la calle a la carrera y se une al otro perro. Finalmente llegan hasta la puerta. Ambos empiezan a olfatear ruidosamente hasta estar seguros de que el rastro que buscan termina allí. Entonces uno de ellos se retira un poco hasta un lugar discreto tras una de las columnas y se tumba pacientemente mientras el otro emprende una veloz carrera retrocediendo sobre sus pasos. Cuando cree haberse alejado lo suficiente deja escapar un agudo aullido, que aunque no resulta demasiado fuerte, parece atravesar toda la ciudad.

Lo primero que piensa es que la chica tiene unos extraños y preciosos ojos, y unos sensuales labios que a cualquier hombre le encantaría besar. A él también, pero en esos momentos esa no es una de sus prioridades. Realmente no recuerda el incidente que ella menciona del tobillo, pero de lo que está seguro es de que es extremadamente urgente salir de allí. Y ahora no solo es él quien corre peligro. Pero por encima de todo, lo más importante es recuperar el libro.

-Dime ¿eres un ladrón?, - pregunta ella- esos no parecen perros policias pero ¿por qué has robado ese libro? ¿que tiene de especial.
 
El tipo la mira confuso, aunque en su interior duda que la chica sepa en que lío está metida, sabe que no debe fiarse.
 
-¿Dónde está el libro? pregunta
 
-Yo he preguntado antes. Así que respóndeme y yo te devolveré el libro.
 
El desconocido traga saliva mientras mide las palabras que va a decir cuando un ruido interrumpe sus pensamientos. Es el timbre del telefono. Katia se levanta y sale de la habitación, ignorando el peligro que corre. El la oye hablar cerca, parece que con una amiga. No hay tiempo que perder. A pesar del dolor del costado, consigue levantarse con esfuerzo y se acerca a la ventana. Retira la cortina y mira con cuidado.

lunes, 11 de octubre de 2010

FORMULAS SAGRADAS Cap.-5





-¿Porqué nos espiabas? ¿Que hacías frente a la biblioteca?
La presión sobre su tobillo se fue atenuando, aunque la mirada fija e intensa del hombre la mantenía asustada.
-Solo pasaba por allí, fue casualidad.
-Es mucha casualidad estar allí a esas horas de la madrugada, una fría noche de invierno.
-Te juro que no te seguía. No sé ni quien eres. Pensaba que te hacía un favor ayudándote...
El hombre la suelta poco a poco y de pronto rompe a toser. Tiene la frente perlada de sudor. La fiebre y puede que la infección por la fea herida de la mordedura deben estar haciéndole efecto.
-Está bien- añade cuando recupera el aliento- de momento te creeré.


Entonces Katia se da cuenta de que además de asustada, que lo está y mucho, empieza a estar un poquito furiosa. Le ha salvado la vida y el tipo en lugar de darle las gracias, casi le destroza el tobillo, la interroga y pone en duda todo lo que le dice. Pues vaya un imbécil se dice para si, aunque también reconoce que ella no le ha dicho toda la verdad. Pero, ¡carajo! no le puede decir todo a un desconocido. 


El rostro del individuo se crispa como si de repente sintiera una terrible punzada en la herida del costado, y Katia, un poco alarmada, le dice que que debería llevarlo a un hospital (no vaya a ser que se le muera allí mismo y se meta en un lio aun mayor).
-Nooo, estoy bien... esto ya se está curando...
Los duros rasgos del desconocido se aflojan, suavizando su expresión, y vuelve a caer desvanecido por el dolor de la herida y el esfuerzo de la noche anterior.
 Ya no parece en absoluto hostil. Katia, con un poco de aprensión echa un vistazo a la herida que parece que ha dejado de sangrar. realmente tiene mucho mejor aspecto de lo que suponía, aunque teme que por dentro la infección se esté extendiendo. Además, incluso podría ser un perro con rabia, y por el aspecto de todos ellos y su "mala baba" no sería muy descabellado pensarlo. 
Entonces se fija en el raro dibujo que hacen las cicatrices. Le recuerdan a algo pero no consigue adivinar qué. Con cuidado pasa dos dedos por el relieve que forman y las recorre de una parte a otra, un par de veces. Permanece asi, absorta durante unos minutos, hasta que parece caer en la cuenta de lo que está haciendo y repentinamente aparta la mano. 
Sale de la habitación mientras piensa ¿qué tendrá ese libro para que alguien este dispuesto a morir por él? y a pesar de que siente mucha curiosidad, esta vez, lo deja pasar sin ni siquiera mirarlo.
 
Tal vez lo mas sensato sin duda sería sacarlo de allí antes de que recuperase el conocimiento, y dejarlo a las puertas de un hospital y que no volviera a saber nada de ella. 

Pero a pesar de todo no hace nada de eso, y mientras el tipo sigue con su intranquila inconsciencia, ella se recuesta en la cama para descansar, aunque sabe que no será capaz de dormirse.

domingo, 3 de octubre de 2010

FORMULAS SAGRADAS Cap.-4




Entre brumas el tipo percibe una estancia limpia y cuidada. La chica tumba al desconocido en una cama, lo desnuda y limpia la herida que tiene en el costado lo mejor que puede. Tiene un aspecto horrible, aunque ha dejado de sangrar. Por un momento piensa que debería llevarlo a un hospital. 
Junto a la cama, en una mesa deja el extraño libro y las demas pertenencias del desconocido. Tras borrar el rastro de sangre y cerrar bien puertas y ventanas, se ducha y se dispone a pasar la noche en el sillón contiguo a la cama del herido pero casi no puede descansar, porque este delira a causa de la fiebre y el dolor murmurando palabras incomprensibles y guturales sonidos. Se diria que pronuncia palabras en distintas lenguas y dialectos. Entre todas ellas, le parece distinguir algunas palabras como "libro", "espiral" y "llave". Finalmente el agotamiento la vence, y comienza a dar cabezadas.
Aunque la mañana no parece llegar nunca por fin un rayo de luz se filtra entre las rendijas de la persiana. Sin posibilidad de volver a conciliar el sueño, comienza a observar detenidamente el cuerpo y el rostro del desconocido, que por fin parece dormir plácidamente. Tiene el pelo castaño y la cara cubierta de barba de varios días. Perece tener unos 30 ó 35 años. Aunque no se puede decir que sea atractivo, su rostro tiene un cierto magnetismo. Sus rasgos resultan un tanto excesivos, su naríz demasiado grande, sus pómulos demasiado prominentes y sus labios tienen demasiados cortes. Está delgado, pero fibroso, y por el resto de su torso sudoroso también se distinguen numerosas y finas cicatrices. Tantas que casi podría decirse que forman un extraño dibujo. Por un momento, el hombre parece entreabrir los ojos y la chica da un pequeño respingo. Pero los ojos vuelven a cerrarse mientras su boca se contrae como si sintiera un súbito e intenso dolor, y unos segundos mas tarde vuelve a relajarse, y parece volver a dormirse.
Entonces centra su atención en el libro. Lo coge entre sus manos y descubre por primera vez que tiene un extraño y disimulado cierre que impide abrirlo. Resulta anormalmente pesado para sus dimensiones. Para sus adentros piensa que sus hojas en vez de papel, parecería que estuvieran hechas de plomo.
De pronto algo se aferra con fuerza a su tobillo y sobresaltada deja escapar un grito, mientras se vuelve hacia el extraño, que la mira con los ojos muy abiertos. Unos ojos de un azul intenso.

-¿Quien eres? - Su voz suena ajada, casi afónica, pero los dedos se clavan en su tobillo con una fuerza inusitada y al intentar apartarse cae sobre el sillón. Está asustada, en estos momentos piensa que tal vez cometió un grave error al llevar a ese desconocido a su refugio, y que puede ser el último error que cometa.
Intenta desprenderse de la garra que la sujeta mientras repite una y otra vez que la suelte, pero en vez de eso, la presión se hace tan intensa que cree que va a fracturarle la pierna, y finalmente se paraliza, mientras el hombre vuelve a preguntar:
-¿Quien eres?
-Yo solo quería ayudarte... no me hagas daño...-responde con un gemido
sin pestañear y sin apenas aflojar la presión, el hombre repite la pregunta.
-¿Quien eres?
-Me llamo Katia. - Durante unos instantes miles de pensamientos recorren el cerebro de Katia, le parece estar oyendo la voz de su madre cuando era pequeña diciendo ¿por qué tienes que ser tan curiosa y tocarlo todo? ¡¡No eres capaz de estar un minuto sin meterte en líos!!, la de su padre, cada vez que le recuerda que es la hija que mas disgustos le ha dado, y por una vez, les da la razón. 
El impulso loco de salvar a un tipo y su fantasía desbordante de románticas aventuras la ha llevado a meter a un extraño en su piso, con la intención de ayudarlo , pero ahora está realmente asustada.

jueves, 30 de septiembre de 2010

FORMULAS SAGRADAS Cap.-3







El tirón de la moto al acelerar y el perro que se ha colgado con sus dientes de su costado hacen que casi caiga de la moto, y por un instante su brazo izquierdo se agarra a la cintura del motorista, mientras un lacerante dolor se transmite hasta su cerebro. Con un movimiento instintivo, pero brutal, golpea de un codazo el hocico del perro que se desprende aullando, pero que se ha llevado entre sus dientes un trozo sanguinolento de su carne y su piel. El hombre aprieta con fuerza contra su pecho el libro que ha sacado de la biblioteca, sintiendo como la sangre chorrea por su pierna, y en su cerebro se agolpan estallidos de dolor y luces blancas seguidas de oscuridad. El resto de la jauria corre tras ellos, al igual que el coche oscuro que no quiere perder de vista la moto. Pero la velocidad de la moto es muy superior a la de las patas de los animales. Por detrás, el coche golpea lateralmente a los perros y algunos caen heridos, gruñendo de forma terrorifica, y sus ojos parecen emitir una extraña e inquietante luminosidad rojiza. 
El coche también deja los perros atrás, pero la moto va tomando ventaja y de pronto se mete entre estrechos callejones. El coche parece rugir con los acelerones, e intenta perseguir a la pareja motorizada, pero finalmente se pierden de vista.
El hombre de la gabardina descubre en un instante de lucidez como un largo mechón de pelo rubio sobresale por debajo del casco. También percibe a través del brazo con el que se ha sujetado, que la estrechez de la cintura del piloto, sugiere que se trata de una chica, y aunque cree que está a punto de perder el conocimiento, aun es capaz de percibir un seductor perfume femenino. 
Finalmente la moto se mete en un garaje disimulado entre dos columnas cargadas de carteles de anuncios.
El hombre se baja rápido a pesar del dolor y mete su mano izquierda bajo la gabardina empuñando algo. La chica se baja despacio y se vuelve hacia él. Hay solo una tenue claridad que se introduce desde la calle. Entonces se quita el casco y su largo pelo rubio parece refulgir...Temerosa de lo que pueda empuñar el desconocido en su mano, lo mira fijamente sin apartar sus ojos verdes de los suyos, es una mirada entre sorprendida y desafiante, cuando de repente el hombre, que sufre una grave hemorragia, se desvanece y cae al suelo con un ruido sordo. Rapidamente la chica, se agacha y lo recoge, lo carga como puede, porque sin duda aquel tipo es mucho mas grande que ella y pesa demasiado. Con enorme esfuerzo consigue llevarlo hasta un piso del edificio abandonado en el que se encuentran. 

martes, 28 de septiembre de 2010

FORMULAS SAGRADAS Cap.-2








Cuando llega ante la puerta, la figura envuelta en la gabardina se para y lleva la mano derecha hacia su costado. Sabe lo que le espera al otro lado y por un instante permanece inmovil. En la calle ya se han agrupado todos los perros. En total hay 9 y todos enseñan los dientes con rabia. Saben que su presa está detrás de la puerta y que tiene que salir pronto aunque no quiera. Entonces, de nuevo el mismo coche enfila la avenida y sus luces dan un reflejo plateado a la calle mojada. Se oye el chirriar de sus neumáticos y los perros giran furiosos la cabeza enfocando la silueta del vehículo que se acerca. De pronto, la sombra envuelta en la gabardina atraviesa la puerta de un salto. Empuña una espada con la que de un tajo separa la cabeza del tronco a uno de los perros y corre hacía el centro de la calle. El coche se acerca rápidamente pero los perros se le vienen encima saltando enfurecidos hacia su adversario.
Entre las sombras, al otro lado de la calle se ve un reflejo plateado, muy leve y se escucha el fuerte rugido de una moto que arranca estrepitosamente. 

 Un instante después la moto derrapa justo delante del individuo acosado y el motorista le tiende una mano para que se suba a toda prisa. Aunque el coche ya casi se le viene encima, el tipo no espera y ante el acoso de los perros se sube de un salto y la moto arranca a toda velocidad. 
Pero antes de alejarse, a uno de los perros le da tiempo a saltar sobre el fujitivo e hincarle sus enormes dientes en un costado. 

domingo, 26 de septiembre de 2010

FORMULAS SAGRADAS Cap.-1







Solo las luces mortecinas del alumbrado público parecen estar vivas en la fría noche. El suelo mojado y la avenida brumosa y solitaria no invitan a deambular. Hay algo en el ambiente que lo hace opresivo, casi angustioso. Al fondo de la calle aparecen las luces de un coche que se acerca rápidamente. Se para en mitad de la calle y una figura oscura envuelta en una gabardina y con un sombrero negro desciende rápidamente y se dirige hacía la entrada de un majestuoso edificio. Sobre la amplia y pesada puerta puede leerse: "Biblioteca Nacional"
El coche no espera, y unos segundos más tarde ha desaparecido. También la figura de la gabardina ha desaparecido de la puerta de la Biblioteca.
Entonces algo se mueve de nuevo al fondo de la calle. 
Una forma oscura se acerca trotando en dirección a la biblioteca. Parece un corpulento perro negro. Va emitiendo una especie de gruñido tan profundo y agresivo que podría dar la impresión de que va dejando un rastro sólido a su paso. Su objetivo está en estos momentos dentro de la biblioteca.
Ante la puerta, el enorme perro negro parece crecer. Sus pelos se ven húmedos y brillantes, y se diría que también se hacen mas largos.
Dentro de la biblioteca, la figura se mueve entre estantes repletos de libros. Pasa sus manos rápidamente por el pomo de todos ellos como si llevase un lector óptico en la yema de los dedos. De pronto sus manos se paran y retroceden para agarrar un grueso libro con incrustaciones doradas. Lo pone ante sus ojos, que parecen iluminarse en la oscuridad y el titulo brilla por un instante... "Formulas sagradas del tarot". Lo guarda rápidamente bajo su gabardina y se dirige de nuevo a la puerta. 
Al otro lado, el perro emite un gruñido sordo, con sus ojos inyectados en sangre y el hocico rezumando babas humeantes. Por los extremos de la calle se ven otras sombras oscuras que se acercan trotando. 

viernes, 24 de septiembre de 2010

TODO LO QUE SE

Todo se lo llevó tu imagen,
una playa tranquila
un ancla amarrada a mi vida
y el viento que sopla...
Se lo llevó una tarde tranquila.
Nadie se lo esperaba
y pasó la fiebre envenenada,
para arrancar de mi boca
el sabor de sus besos,
para esconder el murmullo de su piel
en medio de negra madrugada.
Y se llevó con ella todo lo que sé.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Triste y sola

Como la luna llena,
como un barquito pequeño
en mitad de la tormenta,
como los zapatos viejos
que no se usan,
como el corazón perdido
bajo la piel de mi pecho.

martes, 21 de septiembre de 2010

Mar y sombra





Cuando te arrastran las olas eres grano de arena,
cuando el viento te mueve eres hoja seca.

lunes, 20 de septiembre de 2010

NOCHE ROTA

Está lo noche rota
junto a los piés de mi cama,
agonizante su aliento
esperando a la mañana.
Se me cayó de las manos
cuando se fueron tus besos
se deshilachó de amores
se descompuso su cuerpo.
Se me ha caído la noche...
y estaba la noche negra,
tan bella de agua y granizo
tan suave de carne y seda,
tan dulce como tus besos
tan excitante y tan fresca
que no se ya si dormirme
o esperar
por si regresa.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Donde los sueños se pierden

 
Hace poco aun se veía la mole
del antiguo penal,
cloaca del hampa,
colectora de miserias y dolores,
donde el castigo, malhechores expiaban.
Hace poco aún se veía la mole,
leyendas he oído que me espeluznaron,
de crímenes y hurtos,
por vicios y amores,
que en tormentos duros y en horca acabaron.
Hoy en sus solares bello se levanta,
un gran edificio para educación,
donde nuestros hijos llenarán sus aulas,
y darán impulso a nuestra nación.
Ayer cementerio,
mañana la gloria,
la metamorfosis en ti se cumplió,
al caer tus muros,
acabó tu historia
de leyenda negra
miseria y dolor.
                                                             Creado por MNE hace mucho tiempo...

sábado, 18 de septiembre de 2010

ESPACIOS PEQUEÑOS

Cuando la voz se quiebra, la frente se hunde,
cuando los pájaros se caen del nido
la oscuridad se acerca,
cuando los espacios se hacen pequeños
y el tiempo largo,
es momento de abrir las ventanas
e inhalar la vida.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Vientos del sur

Y a la sombra,
desnuda de amores, tu
con una cinta de flores
peinas los vientos del sur.

jueves, 16 de septiembre de 2010

OLORES

Y su olor envolvió las flores
para darles envidia,
y su voz dibujó murales
de pinceladas de vida.
Una tormenta de pétalos
va galopando deprisa
arrastrando con su aliento
gotas de besos y risas.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

AMANECERES DE PERROS

¿Qué llevan los amaneceres prendidos de su largo pelo?
¿qué llevan? que me han sumido en espirales de anhelos.
Ahora la luz está entrando, 
mientras las sombras saliendo,
y una ventana mirando
como se despereza el cielo.
Y en medio del arco iris
en lo mas hondo del miedo,
se ocultan como mastines
las dentelladas de perros
que muerden cada mejilla
mientras el amanecer va huyendo.

martes, 14 de septiembre de 2010

AL SOL RESECADO

Como las piedra,
con su soledad eterna
y sus amaneceres mojados,
como gigantes de arena
que se deshacen despacio,
como la fiebre y la pena
que se enroscan en mis manos.


Así quedó mi alma.


Una noche de primavera.


Una suave brisa.


Tu pelo y mis labios, 
y un adiós que me ha herido
en el fondo desolado,
de mi corazón perdido
en laberintos del fauno.

domingo, 12 de septiembre de 2010

AL FRENTE


Un cielo azul, una isla olvidada,
la arena blanca y las rocas grises,
el agua templada y los recuerdos felices.
Y mis pisadas por la orilla del universo,
y los cangrejos que muerden mis pies y mis manos,
y las nubes que decoran el cielo
que escriben sus versos de blanco.
El mundo y el tiempo,
la sonrisa más hermosa del mundo
y la risa más fresca que nunca conocí.
Todo junto, en un rincón de la tierra,
bañado en el mar Mediterraneo
y a veces en el Atlantico.
Dame tu mano, que juntos caminaremos.